martes, 6 de diciembre de 2011

Con la oscuridad

Abrirás los ojos después de una larga noche de sexo, sudor y desenfreno y te encontrarás poderosa a la vez que relajada. Ese poder que le ha conferido la noche, la oscuridad y el frío de la soledad y la amargura, y desaparecerá con la luz del día cuando ya no puedas apagar la mirada de tristeza. Por suerte para tí, hay autobuses nocturnos así que recogerás tu bolso después de vestirte lo más silenciosamente posible y saldrás de aquel lugar sucio y maloliente que durante unas horas ha sido el lugar más excitante de la tierra.
Dejarás durmiendo al hombre desnudo sobre la cama.
Cuando asomen los primeros rayos de luz subirás huyendo de ellos, como los colmilludos de Bram Stoker, al autobús y desaparecerás entre el rocío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario