viernes, 23 de abril de 2010

Injusticias

Avanzaba lenta y pausadamente, en una lucha que tenía la mitad de las posibilidades de ganar. Estaba sola, al principio, pero poco a poco consiguió expandirse y tener de su lado a la mitad de los minúsculos seres. En la batalla cayó una y otra vez, un bombardeo de productos químicos acuciantes. Pero seguía en pie, podía esconderse, mantenerse petrificada durante un tiempo, y retomar la batalla con más fuerza que nunca cuando nadie la esperara.
Y así fue, apareció de nuevo, más fuerte y potente que nunca. Ya nada sería capaz de detenerla. Comenzó por el lugar más recóndito y salió a acabar hasta con los límites de la tierra conquistable.
Todo aquello que era vital terminó por oscurecerse, y cuando no quedaba nada que arrebatar... se durmió sabiendo que no había nada más que hacer.
Era injusto arrebatarlo así, pero la vida es injusta.